domingo, 31 de julio de 2011

Reflexiones de una loca en un buen día.

Vale, a ver. No tengo ni puta idea de como expresar esto. Hoy he pasado un buen día, una día jodidamente genial. ¿Y sabéis por qué? He sonreído. He sonreído por primera vez después de mas de un mes y medio. Y siento decirlo, pero no sabéis como me arrepiento. No os podéis imaginar el dolor que siento en estos instantes. Y prometo que no he llorado, pero me duele.
Cuando vas por la calle y ves a alguien sonriendo no se por qué, pero tu también sonríes. Es como si compartieses el júbilo de esa persona a la que estás observando, es una buena sensación. La gente no debería arrepentirse nunca de sonreír, a no ser que esté loca; así que supongo que comprenderéis que empiezo a pensar que lo estoy. Una sonrisa no solo una muestra de felicidad o alegría, puede significar también un simple bienestar contigo mismo, o con tu vida (¿por qué siempre aparece esta maldita palabra en mis textos?). Sonreír siempre sienta bien. Pero luego están esas sonrisas que matan, las que expresan placer por un dolor causado, que bueno, yo no se las recomiendo a nadie del que lea esto; pero aún así al menos estás sintiendo algo, algún tipo de placer. Yo no sonreía por una razón, y hoy la he recordado de la forma mas cruel posible.
Hoy se me ha presentado el pasado, mi viejo amigo. Hay quien dice que el pasado no importa, pero yo nunca lo dejé atrás, caminaba con él de la mano. Hoy sin embargo parece que se me ha esposado a la muñeca, y me oprime el pecho. Sin embargo debo decir aunque duele y cuenta respirar, en un buen día como hoy he echado mucho en falta esa sensación, y debo reconocer que de pronto me siento bien al recordar todo aquello de lo que no me arrepiento. Después de recordar lo que antes consideraba un momento alegre en mi vida puedo decir que con un solo golpe puedes caer desde el cero al subsuelo.
Esos momentos en los que te miras al espejo y ni siquiera te reconoces, no son buenos, indican que algo va mal. Y no es que no me reconozca porque sea un proyecto de gamba, que también, simplemente es que me he mirado al espejo y no se ha quien visto. Y ahora mismo estoy escribiendo algo que no se como expresar y de pronto no puedo evitar llorar. Pero sabéis, esto tiene que acabar algún día, y quizás sea mas pronto de lo que todos creemos.
Las lágrimas secan, pero dejan un rastro tras de si, y ahí es donde quedan las cicatrices. Pero no hay nada que el tiempo no cure, solo necesitas disponer de eso, tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario