miércoles, 27 de julio de 2011

Reflexiones de un llanto.

Hoy no he podido evitarlo. Me he tenido que encerrar encerrar en el baño. Es el único lugar en el que me siento segura últimamente, como a salvo de que me puedan herir mas. Es el único lugar en el que puedo llorar y desahogarme un poco, aunque sin hacer ruido, que si no vienen los problemas con mamá. Allí he tenido el estúpido pensamiento de "¿qué cojones estoy haciendo con mi vida?". Supongo que no soy la única a la que la habrá pasado esta tarde. La cuestión es que al pensar eso de repente he dejado de llorar por un instante, he pensado la respuesta, y entonces he explotado a llorar de verdad. Supongo que ahora os preguntaréis que es eso que ya me ha derrumbado del todo, pero he de deciros que me lo llevaré a la tumba. Curiosa expresión por cierto, muy adecuada.
A veces al ver a la persona me pregunto por sus vidas, cómo serán, cómo les gustaría que fuese. Y ahora me ha dado por pensar que ya no me interesa. En el último mes y medio he odiado esa puta pregunta. "¿Qué tal te va la vida?" ¿Y a ti qué cojones te importan coño? Ni si quiera somos amigos de verdad, ¿para qué preguntas? Y ahora pensaréis que soy una borde de mierda, y efectivamente así es. Siempre lo he sido y siempre he querido dejar de serlo, siempre menos ahora. Me encanta que la gente sea educada y todo eso, pero si miro para otro lado y estoy corriendo para alejarme de ti es obvio que no quiero contártelo, así que gracias por preguntar, pero esta vez me reservo.
Y siguiendo con mis divulgaciones os digo que me pregunto sobre el valor de todo un poco. Que vale todo o que vale nada. Y sobre todo que valgo yo, y con eso volvemos al "que cojones estoy haciendo con mi vida". Imagino que todos os habréis preguntado cuál es vuestra misión en el mundo, porque vosotros y no otro espermatozoide que se os adelantase. Bueno, con esto parto de la idea de que todos tenemos algo que justifique el porque nosotros, que también podría basarse en el simple azar. Ahí es cuando llego al punto en el que pienso si, aunque tenemos una misión, queremos cumplirla. ¿Y si nosotros no queremos eso que nos depara el llamado futuro? O simplemente, ¿y si no queremos futuro? También podríamos dedicarnos a lo que nos de la gana y dejar la vida cuando nos apetezca ¿no?
Y después de tanto recuerdo, tantos lloros, tanta vida y tanta polla reconozco que me duele la cabeza, y esta es una noche en la que debes arreglarte y fingir como siempre que soy feliz. Así que ya sabéis, sed felices por mi.

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