martes, 30 de agosto de 2011

Reflexiones de sueños.


Los sueños solo son reales mientras duran. Cuando despiertas se desvanecen, se olvidan. Puede que lo recuerdes un tiempo, pero termina desapareciendo. Quizás se vallan a la mente de otra persona en el otro extremo del país o continente, o quizás simplemente se pierden en un universo en el que tanto el bien como mal reinan por igual, aunque a veces se incline hacia un lado la balanza. Simplemente son sueños, imágenes que deseamos que sean reales, que nos transportan a nuestros mas anhelados lugares, que nos recuerdan un abrazo, un beso o un simple 'hola';  que aparecen para desviar nuestra mente por un momento de una realidad a veces cruel. O son pesadillas, el reflejo de nuestros temores, de nuestros miedos; imágenes que nos hacen agonizar mientras invaden nuestra mente, que nos transportan a nuestro mas sincero dolor, llanto o grito.
Alguna vez he despertado y no he sido capaz de separar la realidad del mundo que ha creado mi cabeza. A veces incluso me ha pasado despierta, cuando me pierdo en mi mente y me voy a ese espacio mas allá de la realidad. Porque aunque a veces no se reconozca todos soñamos despiertos; todos creamos fantasías y las repetimos una y otra vez hasta que de pronto, simplemente, se olvidan. Se pierden en una cabeza cada vez mas hueca o se van a una mente mas joven y libre, cambiando los repetidos personajes y añadiendo una nueva banda sonora.
Claro que puede hacerse. Solo tienes que pasear por tu interior, lo que buscas, lo que quieres, está ahí. En realidad es como una pequeña ventana, que brilla en una habitación a oscuras. Es como el viaje a la salvación de un mal día. El viaje no requiere explicación, solo un pasajero.

Pero los sueños, sueños son; y en la mente se quedan.

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